Men’s office wear has long been bound by certain sartorial rules. But, while presentation is still key and fine fabrics important, these rules have relaxed. Twists, updates and injections of personality are more welcome in the modern workplace.
A trabajar
La ropa de oficina masculina se ha regido durante mucho tiempo por ciertas normas de sastrería. Por ejemplo, la opinión generalizada es que, para el día a día, la lana (o una mezcla de lana) permite llevarla durante todo el año y es duradera; una chaqueta de dos botones ofrece la forma más favorecedora. Pero, aunque la presentación sigue siendo clave y los tejidos nobles son importantes, estas reglas se han relajado. Los giros, las actualizaciones y las inyecciones de personalidad son más bienvenidos en el lugar de trabajo moderno.
Colorido
Para una paleta de colores de ropa de trabajo, como para la mayoría de las cosas en la vida, el éxito reside en la sencillez. El azul marino y el gris marengo son las opciones más atemporales y versátiles; los tonos oscuros ayudan a ocultar el desgaste y se combinan fácilmente con una gama de colores complementarios. Los tonos medios claros funcionan bien para dar un cambio tonal en primavera y verano. Si se combinan chaquetas y pantalones claros y oscuros, se consigue un look más relajado e informal.
Los detalles
La individualidad y la ropa de negocios no son mutuamente excluyentes, al menos ya no. Unos sencillos retoques del traje y la corbata pueden aportar modernidad y personalidad. En los días más fríos, llevar un polo de color neutro bajo el traje es práctico y elegantemente diferente. Durante los meses de verano, opta por una camiseta de cuello redondo de algodón de buena calidad y unas zapatillas blancas como complemento del traje. Incluso prescindir de la corbata suaviza un poco el look: opta por el cuello abierto para una sencillez informal, o lleva una camisa blanca abotonada hasta el cuello para un look moderno.